Historia del campanario de Giotto – Un viaje a través del tiempo y el arte

¿Sabías que a veces para viajar basta con observar y leer las historias que cuentan los monumentos? Es el caso del Campanario de Giotto en Florencia, una obra maestra arquitectónica situada en el corazón de la ciudad, que cuenta la historia del arte europeo y la de muchos trabajadores de la época de su construcción.

El campanario es sinónimo de tiempo., marcado por el tintineo de sus campanas. Supongamos que en el pasado, no todo el mundo tenía acceso a relojes para comprobar el paso de las horas. En ese caso, los campanarios asumen un valor aún más importante, porque tenían (y todavía hoy, algunos conservan tradicionalmente este papel) la tarea de hacer tangible el tiempo. Pero no solo. Desempeñaban el precioso papel de advertir a los ciudadanos de los acontecimientos esenciales de la vida de la ciudad. Por eso los campanarios son edificios que fascinan a todos, grandes y pequeños, con el repique de las campanas.

El campanario de Giotto

En 1334, Giotto di Bondone, gran maestro florentino, decidió diseñar una serie de bajorrelieves para el Campanario diseñado por Arnolfo di Cambio, el arquitecto más importante de la ciudad. En su proyecto, Giotto insertó la historia del arte y del trabajo humano en las paredes del Campanario, utilizando el simbolismo del propio edificio como “gobernante” del tiempo. Siete paneles, o bajorrelieves, están dispuestos en dos filas en cada una de las tres paredes, diseñadas por Giotto y ejecutadas por Andrea Pisano. Moviéndose de izquierda a derecha, comenzando por la pared oeste, se cuenta la historia: la primera fila muestra el arte y el trabajo realizado por el hombre, y la segunda fila representa las fuerzas celestiales y espirituales que gobiernan los diversos tipos de trabajo.

Las historias del lado oeste del edificio

El lado oeste es relativamente sencillo de leer, ya que ilustra las obras primordiales que el hombre ha llevado a cabo. La historia está contada desde un punto de vista cristiano, como lo demuestran los dos eventos que están en la base de esta religión: la creación de Adán y Eva. Luego, de izquierda a derecha, nos encontramos ante los paneles que representan la primera obra, la invención de la cría de ovejas, la música, la metalurgia y, finalmente, la vinificación, todos realizados por Andrea Pisano y su taller. La segunda fila del lado oeste del campanario representa los siete planetas que gobiernan el trabajo del hombre: la Luna (que en la época se consideraba un planeta), Mercurio, Venus, el Sol (en cuanto a la Luna, se consideraba un planeta), Marte, Júpiter, Saturno.

Pasando al lado sur de los muros, descubrimos las virtudes teologales y cardinales. De izquierda a derecha, encontramos la representación de la Fe, la Caridad (Amor) y la Esperanza para las Virtudes Teológicas y la Prudencia, la Justicia, la Templanza y la Fortaleza para las Virtudes Cardinales. Los paneles de la primera fila representan el arte de la astronomía, la arquitectura, la medicina, el arte de la equitación, el tejido y la legislación y, por último, la mecánica, representada por una figura de Dédalo.

Las historias del lado este del edificio

El lado este del campanario está dedicado a las siete artes liberales, consideradas la base de todo el conocimiento en la época. Los paneles representan la gramática, la lógica, la retórica, la aritmética, la geometría, la música y la astronomía de izquierda a derecha.

Las historias del lado norte del edificio

El lado norte del campanario está dedicado a los siete sacramentos de la Iglesia Católica. De izquierda a derecha, los paneles representan el bautismo, la confirmación, la Eucaristía, la penitencia, la unción de los enfermos, el orden sacerdotal y el matrimonio.